(Natalia Yanina Vazquez)
Apurada atravesé autopistas, avenidas, arribé al acostumbrado albergue añorado. Allí, abracé alegremente a Agustín. Asomándonos afuera admiramos algunas aves alejarse, adornos altos, ángeles al aire alumbraban aquel agradable atardecer.
Adivinamos adónde acamparían al anochecer: América, Asia. Acurrucados argumentamos anécdotas, asentimos abrigarnos, aceptamos adentrarnos. Armamos amplios alimentos: acuosos, agridulces, amargos. Angustiados acabamos aquella abundancia. Arriba, atractiva almohada acogería anchamente a ambos. Así, adormecidos adolescentemente abrazados acordamos abandonarnos al albor.
Y otro casi casi con A (pero con moraleja):
A
(Luisa Valenzuela)
Moraleja:
Al llegar la noche entregate nomás a los ensueños. Si sos un vagabundo de lúcida vigilia podés caer en la red.
Lo leímos en: Cuentos y más, donde además pueden participar en el juego del mes: escribir un cuento de no más de 600 caracteres cuyas palabras empiecen con "a".
Pueden escribir en los comentarios otro cuento con A (Y de paso lo mandan a Cuentos y más...)