miércoles, 26 de septiembre de 2012
lunes, 10 de septiembre de 2012
La teoría del iceberg y el arte de inventar historias
En un cuento, pensaba Ernest Hemingway, lo más importante es lo que se omite, aquello que deliberadamente no se dice. La intensidad de un cuento depende en buena medida de esa parte oculta, sumergida bajo las aguas superficiales de la narración.
"Siempre intento escribir de acuerdo con el principio del iceberg. Hay nueve décimos del bloque de hielo bajo el agua por cada parte que se ve de él. Uno puede eliminar cualquier cosa que sepa y eso sólo fortalecerá el iceberg. Si un escritor omite algo, porque no lo sabe, habrá un agujero en su relato. El Viejo y el Mar podría haber tenido más de mil páginas, y dar cuenta de cada personaje, cómo vivían, cómo habían nacido,… No cuento ninguna de las historias que conozco sobre la aldea de pescadores. Pero este conocimiento es lo que constituye la parte sumergida del iceberg"
Ernest Hemingway y Jean Patchett en la casa del escritor en Cuba |
"I
En uno de sus cuadernos de notas, Chejov registró esta anécdota: "Un hombre, en Montecarlo, va al casino, gana un millón, vuelve a casa, se suicida". La forma clásica del cuento está condensada en el núcleo de ese relato futuro y no escrito.
Contra lo previsible y convencional (jugar-perder-suicidarse), la intriga se plantea como una paradoja. La anécdota tiende a desvincular la historia del juego y la historia del suicidio. Esa escisión es clave para definir el carácter doble de la forma del cuento.
Primera tesis: un cuento siempre cuenta dos historias."
Pueden seguir leyendo las tesis en este link
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